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Treslibélulas

jueves, marzo 03, 2005

Otro metrónomo que necesita Trangorex...

Pues vaya caca de día... Se nota que es post-martes. Y es que a mí los miércoles no me sientan demasiado bien desde hace algunos años. Y menos los miércoles como este: Me lo he pasado alternando kleenex con bostezo. Que hasta las violetas en la ventana se me han puesto mustias del disgusto y la gata se ha enroscado en sí misma, por tener mejores vistas que lo presente (todo eso entre farfullos como "¿por qué leches estornudará esta tía diciendo RUSIA en lugar del típico tópico ACHÍS? Se creerá original y todo..." o " la crisis de los 25 la trae por el camino de la amargura. Necesita un hombre, pero ya.") Total, que ha sido otra jornada muy humana, o sea, una pérdida total de tiempo y esfuerzo. Me he despertado a las tantas del mediodía (alguna objeción?) Es lo que tienen estos maravillosos contratos del Sergas, dejan mucho lugar al ocio... (estooo... el sarcasmo me tiene la garganta hecha añicos, parezco Sabina...) Bueno, a lo que íbamos..., el caso es que me desperté gracias a una de esas inoportunas llamadas telefónicas en plan: "¿la señora Fernández, por favor?" "Le atiende Lolita Lempicka de suministros blablabla..." Le debí parecer una borde a la tal Lolita, porque a la primera protesta me liberó de la puñetera encuesta en cuestión. Es que a esas horas no se me puede pedir más... Miré por la ventana de mi habitación y el desolador panorama casi me hace regresar de vuelta a debajo de las mantas, con cabeza y todo y entonces, no sé a cuento de qué, recuerdo un pedazo del sueño interrumpido: resulta que estoy en el quirófano de neuro con un montón de compañeros de lo más variopinto: 3 enfermeros, 2 chelistas, 4 primas, un antiquísimo paciente que ya no recordaba, mi ex-perro , un ingeniero agrícola y mi Maestro. Puff. Y alguno que se me quedará en el tintero. Mi Maestro, en medio de todo este jolgorio, se coge una gráfica de anestesia y un lápiz azul de khol y me dibuja la catedral de Santiago...Hasta ahí todo normal ¿? si no fuera porque el hombre va y planta en plena plaza del Obradoiro un transbase del Miño... Puff, si Freud levantara la cabeza... El resto de día igual de rarito, una ducha "en seco", porque hasta las cañerías están en mi contra..., una nevera cuasi-vacía (que te comas la soja, niña!!), un poco de lectura ("Poeta en Nueva York" de Lorca y un tratado sobre serendipias), un poco de música (Shostakovich, Bartôk y Ligeti), de anti-música (eso soy yo , el violín y la sordina), de charla entre colegas de gremio y de comedera de cabeza (eso, el 93 % del día, o lo q quedó de él) . Bueno, eso, que nada. Que me voy a la cama de nuevo. Para lo que hay que ver...